“Menage á Trois”

La escena artística de Nueva York de los años 80 es un tema legendario. Flotante y creativo, estaba abierto a todo tipo de nuevos medios y ofrecía a los jóvenes talentos un espectacular escenario de oportunidades. Los artistas de graffiti llevaron el arte a las calles, otros trajeron lo cotidiano a sus estudios. La búsqueda de la innovación significó que todas las tradiciones estaban en juego y cuestionadas implacablemente. Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat y Francesco Clemente, tres de los principales protagonistas de la época, se presentan en esta gran exposición. En el corazón del espectáculo están los trabajos de colaboración de los tres artistas. Para resaltar sus muy diferentes temperamentos artísticos, la exposición también presentará una amplia gama de trabajos no colaborativos de cada uno de los artistas que ejemplifican su estilo individual. Mientras que Andy Warhol, uno de los fundadores del arte pop, se centró en los aspectos gráficos y seriales del arte, trabajando de manera clara y, a menudo, aparentemente distante, el joven Jean-Michel Basquiat irrumpió en escena con un estilo tan furioso como era expresivo, una mezcla cruda de símbolos, pictogramas y letras arraigadas en el lenguaje de graffiti urbano. Las pinturas del artista italiano de la Transavanguardia estadounidense Francesco Clemente, por otro lado, a menudo parecen místicas y casi surrealistas.

En 1983, Warhol tenía 55 años y ya podía mirar hacia atrás en una glamorosa carrera que incluía la legendaria Factory, la revista Interview, Velvet Underground y Studio 54. Había desarrollado un estilo claramente definido que se basaba en gran medida en la memoria visual colectiva. Iconos de la historia del arte y los medios de comunicación.

Basquiat, de 23 años de edad, se había hecho un nombre a sí mismo a fines de la década de 1970 como el artista de graffiti SAMO (en colaboración con Al Díaz). Se embarcó en la pintura con un dinamismo sin filtrar y sin filtrar que era todo suyo, probando y traduciendo su entorno y experiencia en una nueva estética.

El artista italiano Francesco Clemente, de 31 años de edad, provenía de un fondo completamente diferente. Habiendo pasado largos períodos de tiempo en la India, donde descubrió el trabajo colaborativo como una unión de diferentes mentalidades, había llegado a Nueva York en 1981. Sus pinturas exploran cuestiones de interior y exterior, uno mismo y otro, mente y cuerpo. De la misma manera, su trabajo con escritores contemporáneos, dos ejemplos que se muestran en esta exposición, atestigua su enfoque diferente del concepto de creatividad colaborativa.